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Fred, audacia, estilo y glamour

Fred, un imperio de perlas y joyas

Fred es una marca de joyería francesa. Lleva este nombre debido a su fundador Fred Samuel, creador de las joyas de cable ‘Force 10’ de acero inoxidable en 1966.

La empresa pasó a ser propiedad de LVMH en 1996 y desde 2002, ha abierto una docena de nuevas boutiques en varios sitios como París, Tokio, Seúl y Londres. En 2012 se asoció con Kate Moss para diseñar una colección exclusiva.

Su extensión abarca muchas ciudades y países como Luxemburgo, Madagascar, Andorra, España, Bélgica, Hong Kong, Islas Caimán, Marruecos y Túnez.

También se encuentra en el Cercano y Medio Oriente: Bahrein, Kuwait, Qatar, Líbano, Abu Dhabi, Siria y Arabia Saudita.

Fred Samuel, la historia tras la marca

Primeros pasos

Fred Samuel es uno de los más insignes joyeros de Place Vendôme en París. Creador de Fred en 1936 y desde 1996 parte de LVMH. Pero su historia merece ser contada desde el principio.

Este hombre nació en Argentina en 1908 y la tradición de hacer joyas le vino de su padre, joyero alsaciano que huyó de su país para poder escapar del servicio militar en Alemania tras de la guerra de 1870.

Su arribo a parís ocurrió cuando tenía 16 años, su propósito era estudiar joyería.

Un aporte a la joyería francesa

Pasó el tiempo y en 1936 abrió su primera tienda, en Rue Royale y por entonces se encantó con la perla cultivada, novedad japonesa que revolucionó la joyería que hasta entonces estuvo dedicada a las perlas finas.

Fue quien la introdujo en Francia y su influencia marcó el estilo a tal grado que al color rosado crema claro se le llama desde entonces «color Fred».

La mancha de ser judío

Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, Fred no pudo movilizarse y se incorporó a la Legión Extranjera.

Fue un combatiente de la resistencia y legionario, de hecho llegó a ser Comandante de la Legión de Honor.

Ganó la Cruz de la Guerra y la Medalla militar Un año más tarde fue tomado prisionero por los alemanes en el Somme, de donde escapó poco tiempo después y regresó a París.

Dada la persecución a judíos en diciembre de 1941, el Commissariat aux affaires juives puso la estrella amarilla en el frente de su tienda y le indicó que tenía que eliminar el nombre de Samuel. Así nació Fred.

Fueron tiempos convulsos, pero nada detuvo el crecimiento de su empresa. En 1942 se trasladó a la zona franca y luego de ser detenido y encarcelado muchas veces, se asiló en Drôme. Allí en abril de 1943, formó una red FTP, después en 1944 regresó a París.

Fred y la realeza, un paso al éxito

El negocio comienza a prosperar y sus joyas son adquiridas por importantes personalidades como la esposa del ex presidente de Indonesia Soekarno y la princesa Grace de Mónaco. Además establece una colaboración con artistas de la talla de Jean Cocteau o Bernard Buffet.

Se le conoce además como el Moderno Joyero Creador. Entre sus clientes estuvieron Douglas Fairbanks, Mary Pickford y Marlène Dietrich. Fue de los primeros joyeros que creó joyas colgantes representando los monumentos de París. Sin embargo, su vieja pasión por las perlas lo atrapó nuevamente en los años 50.

Para 1960, tenía entre sus clientes a príncipes árabes, admiradores de las piedras preciosas. De hecho fue el primer joyero de los príncipes de Oriente Medio y para ellos confeccionó joyas a medida y creaciones exclusivas.

Un ejemplo de ello fue la tiara con un zafiro de 275 quilates y el pendiente de broche con dos zafiros de Cachemira de 7 quilates cada uno. Para esa fecha también adquirió un zafiro birmano de 37 quilates.

De especial éxito fueron los años 70 y 80, un tiempo donde creó colecciones emblemáticas y con un estilo muy audaz. Si las perlas cultivadas fueron su primera pasión, Fred luego volcó su atención en las piedras de colores.

Las piedras de colores, su otra pasión

Las amatistas, turmalinas, peridotos, zafiros de colores y diamantes se hicieron presencia en sus joyas, en estilo único pero sin apartarse de su trabajo tradicional. De esta época se recuerda la joya Arco Iris, compuesta por 42 diamantes de colores rosas, azules y amarillos.

Innovador y visionario, apostó por mezclar el oro y el acero, creando Force 10 inspirado en el deporte de vela, una línea de total éxito en el mundo de la joyería.

Al mismo tiempo trabajó para el cine y sus estrellas. Entre los conjuntos que diseñó en este mundo, el más famoso es el collar de 23 rubíes tallados en forma de corazón y rodeado de diamantes que en la película Pretty Woman, Richard Gere ofrece a Julia Roberts.

Fred Samuel, deportes y joyería, dos en uno

Practicar deportes fue otra de las pasiones de Fred. Gimnasia, atletismo, remo, esgrima o natación, todos le gustaban, también la actividad física fue importante para él.

Tanto así que su primer reloj fue deportivo y lo llamó 36 por los años que tenía su casa en ese momento.

Una de sus más importantes creaciones nació del deporte. Cuentan que una vez practicando vela, uno de sus hijos trenzó una pulsera con cables marinos y se la regaló a su mujer.

Rápidamente pensó: el oro se une al acero y así apareció el Force 10, sortijas, collares, pulseras que representan desde 1996 la avanzada en la joyería, uniendo deporte y estilo.

Joyas y colecciones de Fred

Entre los tipos de joyas que ha confeccionado Fred están las sortijas, los brazaletes, pendientes, collares y gemelos.

Y entre sus colecciones encontramos Mouvementée, Pain de Sucre, Success, Une ile d’or, Delphine y Ombre Féline. También están Amour Fou, Kate Moss, Lucifer, Miss Fred Moon y Sunlight.

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